La velocidad de un
viaje en tren permite vislumbrar la mudanza de la vida. Visto desde un tiempo
cósmico y mitológico nuestras vidas no duran más que un nanosegundo. Aunque lo
importante es la intensidad del grito. La curvatura lenta anuncia el nuevo sol.
Aparentemente el río fluye al mar y la alondra saluda su paso, pero las estribaciones
de la ribera ven cómo sus fronteras son invadidas cada año por la azul. Todo
será superado; la vida, la locura, el temor, nosotros mismos. Y en verdad tiene
que ser así para que podamos volver a nacer a la paz. La curación será dolorosa,
cómo el veneno de la coralillo, pero el remanso final alejado del odio y de la
esclavitud valdrá la pena. ¿Durará este nuevo amanecer?
No comments:
Post a Comment