-México siempre fiel. Así lo dijo el papa Juan Pablo en una de sus visitas
y eso conlleva que los ritos navideños se tienen que celebrar de manera
católica – dijo enfático Baltasar.
-Momentitou –dijo el
gordo barbón-, Francia también es un país de tradición católica y ahí yo soy el
que manda y nadie se acuerda de ustedes.
-Sí pero Francia no es un
país hispano. En España nos tratan como los reyes que somos y los alcaldes nos
reciben en loor de multitudes y suntuosos carruajes.
-Incluso ahí tengo
partidarios. Pero vayamos al grano, yo no tengo problema alguno en compartir
espacio con ustedes. A fin de cuentas, lo quieran aceptar o no, uds. están
acabados.
-Ahora verás quien acaba con
quien.
Sin pensárselo dos veces
Melchor le fue para encima y se armó tremendo lío entre ambos barbudos. Los
renos de Santa Claus viendo en peligro a su amo se lanzaron sobre la majestad
tras lo cual intervinieron los otros dos reyes y sus pajes que intentaban hacer
de vaqueros y domar a los cérvidos.
Con lo que ninguna de las
partes contaba fue con la astucia de la Policía que intervino en pleno puente
fronterizo de Ciudad Juárez repartiendo cachiporrazos a los humanos y balas a
los renos. Al final y tras una intensa investigación en el cuartito oscuro, se
determinó que los cuatro pertenecían a bandas criminales que traficaban con
especies prohibidas y sobretodo, gran delito,
con ilusiones. Ese año ningún niño mexicano recibió regalo alguno,
salvo, por supuesto, los hijos de los funcionarios de la policía.
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