Del fondo de las cloacas ha surgido un terrorífico
monstruo fruto de un experimento que combina dinero y fanatismo. Cual elefante entrando
en cacharrería Trompaitor destruye todo lo que hay a su paso. En ese sentido,
se parece mucho al rinoceronte descrito por Ionesco y, al igual que este
último, su locura es contagiosa. Ataca con furia ciega sin reflexionar antes. Su trompa mide varios kilómetros y no deja de
repetir todo el día sus barritos llenos de odio cuyo eco se reproduce en todo el planeta durante las 24 horas del
día. Ha conseguido reproducirse en territorio europeo, desde las islas
británicas hasta las antiguas repúblicas comunistas pasando por Francia. Uno de
los aspectos más interesantes de
esta bestia es su impredecibilidad, ya
que ni siquiera aquellas especies con las que mantiene buenas relaciones, están
libres de recibir un buen pisotón de cientos de kilos. Sin embargo, el trompaitor
dedica la mayor parte de su tiempo a cazar al inmigrante; su enemigo natural.
Con sus kilométricos cuernos de marfil suele arrinconar a su víctima para luego
atraparla con su trompa y finalmente, dado que este monstruo es el resultado de
la mezcla de un paquidermo con un caimán, descuartizarla con su larga y afilada
dentadura. Pobre de aquel que caiga en sus garras. Trompaitor apenas ha
iniciado su recorrido en la sabana mundial y ya todas las especies conocidas
buscan pasar inadvertidas a su paso temerosas. Muy pocos se atreven a plantarle
cara a esta inmensa mole de proporciones diabólicas. Algunos zoólogos temen que
Trompaitor pueda contribuir a la desaparición de varias especies. Sólo el
tiempo lo dirá.
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