Entre los
múltiples males que me han aquejado en este confinamiento debo sumar dos más y
esperemos que no siga. Hace 15 días se me desprendió un trozo de mi ante molar
superior izquierdo. Afortunadamente no ha tenido mayores consecuencias y apenas
lo he notado. Cosa distinta es el tortícolis que acarreo desde ayer. Sospecho
que se produjo por haber dormido varios días con 2 almohadas para evitar
dolores de la espalda. En cualquier caso ya veremos cómo evoluciona.
En cualquier
caso, hoy pude por fin acudir al dentista. Para ello tuve que tomar el metro y
hacer un transbordo en Avenida de América. En otros tiempos, estación está
saturada por ser un punto de conexión de 4 líneas de metro e intercambiador de
autobuses de larga distancia. Pues bien, hoy el metro estaba prácticamente
vacío. De hecho uno de los tramos lo hice en un vagón vacío. Eso me recordó una
anécdota de mi niñez en la Ciudad de
México. Mi barrio no tuvo estación de metro hasta que no cumplí los 12 años. A
mi amigo Armando y a mí nos llamaba mucho
la atención la novedad y decidimos hacer una incursión desde la estación de
Polanco hasta el auditorio; es decir una sola parada ida y vuelta. Tampoco se
puede decir que fuéramos muy aventurados. A la vuelta, nuestro mayor regocijo
consistió en que nos había tocado el vagón vacío.
Debo decir que
la estación donde me subí y en la que me bajé no había aparentemente ningún
tipo de autoridad que pudiese impedir que alguien subiese sin guantes y/o
mascarilla, pero la verdad es que todos los usuarios llevaban sus medidas de
protección. Posteriormente recorrí el kilometro que separa la estación de la
consulta y eso sí me resulto curioso ya que, a fin de cuentas, es la primera vez que dejo el barrio en dos
meses. Y al igual que ocurriera en Avenida de América, las calles que antes
estaban abarrotadas de gente ahora se podían transitar conservando los 2 metros
sin problema alguno. Eso sí, en la calle la gente no es tan precavida como en
el metro. La sesión, por si lo quieren
saber, fue corta e indolora salvo a la hora de pagar, por supuesto.
En fin espero
que sea el último achaque del confinamiento y espero que todos ustedes estén
bien. Un fuerte abrazo
No comments:
Post a Comment