Después de 48
días, hoy he vuelto a correr en la calle. Como era de esperar la distancia no
fue excesiva; unos 6-7 kilómetros en 35 minutos, y los tiempos están lejos de
lo idóneo. Aparentemente éramos muchos más los que nos gusta correr en la calle
de los que yo recordaba mes y medio atrás. O quizá, en tiempos normales, la
gente elige distintas horas para salir. No sé. El caso es que me encontré a
varios amantes del atletismo en mi recorrido. También había paseantes sin
mascarilla, pero para que hacerse mala sangre con unos cuantos irresponsables. Además,
el clima parece acompañar nuestro ejercicio. Día soleado y temperatura
templada. ¿Qué más se puede pedir?
Lo único que
eché de menos en esta sesión matutina de las 8 de la mañana fue poder
ejercítame en un parque. En parte porque la tierra o césped son mucho menos
perjudiciales que el asfalto o la acera y en parte porque es mucho más seguro.
Digo esto porque, dado que las aceras no son muy anchas, más de una ocasión
tuve que bajar al asfalto y conservar de esta forma los 5 metros de separación
recomendados para los que practican deporte. Afortunadamente, apenas circulan
coches en estas fechas.
Lo que si no
hice fue alejarme demasiado de casa. Consciente de mi falta de práctica en el
último mes y medio, temí sufrir una lesión (soy especialista en
engarrotamientos del gemelo) y tener que volver caminando lo cual siempre da
mucha flojera. Sin embargo, salvo los últimos 500 metros cuando me empezó a
molestar la rodilla, el resto del recorrido fue bastante agradable. Incluso
–cuestión subjetiva- me sentí más ligero que hace mes y medio por más que los
tiempos no reflejen tal progreso.
En fin, lo
importante es que, como dice el título de este artículito, estoy de vuelta. Que
se preparen los concursantes de la San Silvestre si la hay.
P.D. Creo que
me emocioné un poco esta mañana, al describir mi estado. Conforme ha ido
pasando el día las agujetas se han hecho presentes. Habrá que tomarse con calma
los entrenamientos.
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