Foto de Jordan Benton
Hace más de un
mes hablé con mi amigo coreano Soo-Hyun quien me decía que ya estaba un poco
cansado del coronavirus. El ya llevaba 2 meses con esta situación y ahora que
llego a esa cifra he de decir que yo también estoy empezando a cansarme del
confinamiento. No obstante, no quiero transmitir malas vibraciones al personal
por lo que mencionaré algunos datos que invitan al optimismo. En primer lugar
destacar el hecho de que ya podemos salir a correr y pasear. Y es más media
España ya puede a visitar a sus familiares y amigos en reuniones de no más de
10 personas y siempre respetando la distancia de seguridad. Al resto de los
españoles, nos queda esperar a que la cosa evolucione y poder pasar de fase.
Cuestión de tiempo si respetamos las medidas de seguridad.
En cualquier
caso, hace 30 días el número de nuevos contagios había sido de 4700 y el de
muertos de 440. De ayer a hoy, el número de contagiados ha sido de 426 y el de
muertos, desafortunadamente, de 176. Cómo podemos ver hemos reducido en un 90%
el número de contagios. Lástima que la tasa de mortandad no haya bajado del
mismo modo. Por otra parte, mi amigo el
escritor y médico Manuel Cortés me dijo hace unos días que en cada mutación el
coronavirus se está debilitando. De hecho, según un especialista italiano, el
doctor Giuseppe Remuzzi, podría darse el caso de que el virus ya hubiera
desaparecido para cuando llegue la vacuna. Además, un laboratorio indio ha
empezado la tercera fase de sus experimentos con el antigripal faripiravir que,
según todos los estudios anteriores, reduce en una semana el tiempo de
convalescencia. Se estima que esa tercera fase terminaría a finales de año por
lo que el antigripal podría estar listo para la segunda oleada.
Además,
científicos de todo el mundo buscan desarrollar en tiempo record la vacuna que
nos libre de todo mal. De hecho, oí recientemente que hay más de 100 proyectos
en curso. Hasta ahora, he pensado que habría sido mejor reunir a todas las
mentes pensantes para que encontraran la vacuna. Sin embargo, en esta ocasión,
puede favorecernos la competitividad.
Soy consciente
de que el futuro inmediato, tras la enfermedad, no es nada halagüeño para
nadie. De hecho, en lo personal, esta pandemia ha desbaratado mis planes
emprendedores a corto plazo. No obstante como decía mi amigo Gregory, llegados
a un punto tenemos dos opciones. O lamentarnos o adaptarnos a la nueva
situación. Piensen que en la mayor parte de los países la gente no se puede dar
el lujo de confinarse y tiene que salir a trabajar todos los días porque si no
salen no comen. En fin, espero que les haya podido levantar un poco la moral.
Un fuerte abrazo a todos.
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