Llevamos ya 30 días de confinamiento
en nuestras casas. Afuera empieza a asomar el buen tiempo por rachas. Sabemos
que nuestro esfuerzo está dando resultados, pese a que no todo el mundo
respecta escrupulosamente el confinamiento. Entiendo que es un sinsentido
hablar de un buen día porque tan solo hubo 619 y el porcentaje de nuevos
infectados bajo al 2,57%. Cada muerte es una herida en una familia que ni
siquiera va a tener el desahogo de poder
velar y enterrar a su muerto. Cada nuevo contagio, especialmente si se trata de
una persona mayor, es una nueva amenaza vital.
Sin
embargo, está claro que este es el único camino que nos queda si queremos
evitar que la tragedia sea aún más grande, una vez que se ha descontrolado la
situación. Ya veremos si el permitir que los trabajadores de la construcción y
otros sectores no provoca un repunte de casos. Todos hemos tenido que
adaptarnos a esta situación. Durante estos días festivos, me he dedicado a
leer, escribir, hacer algo de ejercicio, jugar alguna partida con Vicky y ver
una película o serie. Por supuesto siempre hay que acometer alguna labor
doméstica. El día no se me hace largo y,
de hecho, más de una vez me encuentro con que ya ha llegado la noche y no he
avanzado en mi obra de teatro acerca de la vida del muralista mexicano David Siqueiros;
conocido mundialmente por haber intentado asesinar a Trotski y por su obra.
El
transcurrir de las horas no se me hace pesado. Lo que sí es un poco
desalentador es ver la lentitud con la que bajan las cifras de nuevos contagios
y muertos. Incluso en China, país que ya ha liberado a los ciudadanos de Wuhan
y tiene bajo control la situación, existen aún más de 1000 enfermos y naciones
como Japón y Corea han visto repuntes inesperados. Pareciera la historia sin
fin. En ese sentido la única buena y sorprendente noticia es la cantidad de
personas que se curan todos los días en España. De hecho, no lo he oído en
ningún medio, pero me parece que este es el país en el que más rápido se curan
los afectados de coronavirus; entre 3000 y 4000 diarios. De hecho, pese a que
tenemos muchos más casos de contagio casos que Italia, los casos activos siguen
siendo menos ya que tenemos el doble de curados que los trasalpinos. Y eso pese
a que ellos tuvieron la enfermedad con 15 días de antelación. Sería interesante
analizar cuáles son los elementos que permiten esa más pronta recuperación, así
como resulta verdaderamente singular que, por ahora, este virus se cebe con las
naciones ricas y no tanto con las pobres.
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