Seguramente
pensarán que este artículo va a hacer referencia a cualquier de los líderes
políticos que tan mal han encarado esta enfermedad que nos tiene encerrados
desde hace más de un mes. El problema es que si hablara de los fallos e
idioteces de Johnson y Bolsonaro tendría
que escribir un libro entero por cada político. En cuanto a López Obrador, dado
que le gustan tanto las estampitas religiosas, la cosa adquiriría tintes
místicos y se convertiría en la Biblia de lo que NO hay que hacer en caso de una pandemia. Finalmente,
el caso de Trump es digno de una enciclopedia capaz de competir en tamaño y
entradas con la célebre británica.
Sin embargo,
esta crónica de hoy va dedicada a un periodista Javier Alatorre o, como algunos
ya le llaman, Javier Alamierda que es adonde se debería ir tras su gloriosa
intervención ante las cámaras de Tv Azteca el viernes pasado. Por recordar
algunos de los hitos del Sr. Alatorre, cuando fue asesinado Paco Stanley este
seudo periodista orquestó con Televisa –más concretamente con Jacobo
Zabludovski conocido en todo el país por su falta de imparcialidad-, una
campaña de desprestigio hacia el alcalde de la ciudad de México, el ingeniero
Cuauhtémoc Cárdenas. Cuando salió la noticia de los nexos de Stanley, los
críticos se callaron como si no hubiera pasado
nada. Eso sí, el Sr. Alatorre no perdió la oportunidad de emitir en directo el
arresto de Mario Bezares; un antiguo colaborador de Stanley que luego fue
liberado. Otro de los hits en los que participó el Sr. Alatorre en connivencia
con Televisa fue la producción cinematográfica del antiguo Secretario de
Gobernación Genaro García Luna, en la que se veía la persecución de un coche y
el arresto de Florence Cassez. El arresto había ocurrido el día anterior sin
cámaras, pero no les importó ser cómplices de esa producción chafa.
Con esos
antecedentes, no debiera extrañarnos lo que haga frente a las pantallas el Sr.
Alatorre. Incluso es comprensible que le tenga ojeriza al SAT por querer
obligar a su jefe a pagar los impuestos atrasados que le debe a la tesorería. Está
claro que se puede dudar de la veracidad de las cifras expresadas por el
Subsecretario, así como se puede dudar de las mencionadas en el resto de países,
especialmente en China e Irán. Pero de ahí
a exhortar a la gente a no hacer caso de las recomendaciones del Dr.
López-Gatell y, por ende, salir a la calle en pleno periodo de confinamiento
hay un largo trecho. No sólo se trata de una invitación al suicidio como se ha
dicho, sino que atenta contra la seguridad nacional. Esperemos que sus oyentes
no sean tan irresponsables como el Sr. Alatorre y tengan un poco más de
cerebro.
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