Tuesday, September 21, 2010

Sunday, September 12, 2010

LAS MOCEDADES DE LOPE

Así se podría titular la recién estrenada película de Andrucha Waddington. Pese a tener un reparto de lujo y un gran trabajo de reproducción de la época, la película resulta ser un completo fiasco incapaz de abarcar la complejidad del Fénix de los ingenios.
Pareciera que sus creadores tuvieron pánico de desarrollar en profundidad la vida de tan gran poeta y por eso, decidieron elaborar una reducción minimalista en la que hubiera todo tipo de guiños y sugerencias sobre lo que luego sería la vida de este trascendental autor y su influencia entre los dramaturgos del Siglo de Oro. De esta forma, lo vemos entrar disfrazado de cura en la habitación de su amada (motivo recurrente en el teatro del siglo áureo), aportar ideas innovadoras en los textos teatrales y en la forma de representar, así como luchar hasta con 3 espadachines a la vez como si se tratara de un Cyrano español.
Sin embargo, al reducir el tiempo de la película a los 5 años que van desde su regreso de las Azores hasta su destierro por difundir unos libelos difamatorios, los guionistas eliminaron de un plumazo los aspectos más interesantes de la vida del poeta. De un solo golpe desapareció su participación en la Armada Invencible, cuyo fracaso luego lo llevaría a escribir La Dragontea, la influencia que recibió en su exilio de los dramaturgos conocidos como “los locos de Valencia” y de la obra de Juan de Espina (todas las innovaciones se le ocurrieron a él solito según la película), la creación del Arte nuevo de hacer comedias; verdadera biblia de los dramaturgos del Siglo de Oro, sus amores tardíos, ya siendo cura, y sus tragedias personales, que no fueron pocas. Asimismo, el personaje aparece como un rebelde seguro de sí mismo y omite, por citar un ejemplo, las constantes humillaciones a las que él mismo se someterá ante sus protectores para obtener dinero, como cuando le escribe al Marqués de Sarriá: “Yo, que tantas veces a sus pies, cual perro fiel, he dormido”.
Quizá por haber eliminado aspectos tan visuales e interesantes de la vida de Lope, los productores de la película quisieron recompensar a los espectadores con escenas de cama y de espada. Pero nada más lamentable que la escena hollywoodiense que realizan a partir de un hecho real de la vida del poeta. En efecto, Lope fue juzgado por crear y difundir los libelos difamatorios en contra de Elena de Osorio y su padre Jerónimo Velázquez, pero nunca se le habría ocurrido en aquella época declamarlos en público para luego provocar una gran pelea a espadazos que concluye, en la película, con una impresionante hoguera redentora. De hecho, Lope ni siquiera firmó dichos libelos con su nombre.
Para coronar tanto desatino, la película acaba con el destierro (que viene a ser una especie de bendición frente a lo que le podría haber pasado según la película) de Lope de Vega, quien parte con su amada a caballo en un happy ending que obvia, entre otras cosas, la prematura muerte de Isabel de Urbina en 1594. ¡Lástima de película! Es justo que se haga un largometraje sobre la vida de Lope, tan llena de momentos álgidos y amargos, amén de tratarse de unos de los mayores dramaturgos de la lengua española. Su biografía da para mucho más, se podría hacer una serie como la que se hizo en su día acerca de Cervantes, aunque dudo que después de este engendro surja un valiente que quiera retomar el tema.