Monday, November 30, 2009

EN BUSCA DE LA POPULARIDAD PERDIDA

Me contaron una vez que un político mexicano habría dicho que en política se podía ser bueno e inteligente; lo ideal, bueno y tonto, malo e inteligente, pero que lo que no tenía de ninguna manera perdón era el ser malo y estúpido. Cuando pienso en Bush hijo siempre recuerdo esa frase. Es obvio que a Tony Blair no lo puedo encajar en la misma categoría que al anterior mandatario de los Estados Unidos. Desde mi perspectiva, él pertenecería más bien a la tercera. Los recientes estudios de la comisión que investiga los motivos de la guerra de Irak, ante la cual tendrá que comparecer, ya ha determinado que Blair conocía con 10 días de antelación que no había armas de destrucción masiva sin que ello le hiciera recapacitar de idea. ¿Sólo 10 días antes?
En algún momento dado llegué a dudar sobre su categoría y pensé que pertenecía al grupo ideal y que su aceptación se debía a una larga serie de compromisos adquiridos con los gringos o a cierta cobardía frente a Bush. Sin embargo, al leer ayer su entrevista en el periódico de la mañana me convencí de que no sólo era un mentiroso perverso (cosa que ya sabía desde hace mucho tiempo), sino también un cínico. Lo cierto es que la intervención en Irak ha provocado que ese lugar –otrora dirigido por el sátrapa, asesino y cobarde de Saddam Hussein que no tuvo el valor de luchar o pegarse un tiro cuando lo iban a atrapar- se convirtiera en lugar de interés para Al Qaeda y que se volviera, durante varios años, en la sede del infierno en la tierra. No es que antes fuera idílico, pero las decenas de miles de muertos que manchan el mandato de Saddam no son nada frente a los cientos de miles de acaecidos desde que empezó la guerra. Es cierto que los asesinatos los ha cometido mayoritariamente los terroristas, pero éstos no estarían ahí y no habrían tenido tan fácil captación de adeptos en la zona si no se hubiese hecho esa guerra innecesaria y basada en mentiras. Es cierto que es una bendición para los iraquíes que ya no esté Saddam, pero no a ese precio. Pues bien, después de que se confirmara que no había armas de destrucción masiva en ese país, después de que se supiera que se emplearon todo tipo de amenazas contra los inspectores de Naciones Unidas para que elaboraran un informe ambiguo sobre si Irak tenía o no las dichosas armas, después de que se presionara a gobiernos de países pobres para que avalaran con su voto en Naciones Unidas la ignominia que iban a cometer y que incluso se supiera que se habían puesto microfonos en los despachos de los embajadores de esos países para espiarlos, después de que salieran a la luz las fotos de las torturas contra los prisioneros Iraquíes en Abu Grahib, el señor Blair haciendo gala de su gran cinismo, pretende hacerse pasar por libertador y afirma que volvería a hacerlo todo por liberar a Irak de Saddam. Por favor. Todos sabemos que esa guerra fue por el petróleo y, si acaso también por cuestiones geopolíticas. Recuerdo que un analista político español, bastante mediocre por cierto, tuvo la desfachatez de comparar el pacto franco-alemán como una reedición del cobarde acuerdo Chamberlain-Daladier. Cómo habría que calificar, una vez que sabemos la verdad, el pacto de las azores ¿una reedición del pacto del eje? Entendería que Tony Blair no quisiera hablar del tema, pero que pretenda engañarnos a estas alturas cuando no lo consiguió la primera vez … Por favor.
Blair gobernó durante una década Inglaterra. No dudo que haya hecho cosas buenas que le permitieron ganarse varias veces la confianza de sus conciudadanos. Sin embargo, será para siempre recordado, tal y como aparecío en una viñeta cómica de un diario británico, como el perrito faldero de Bush que decía sí a todo lo que dijera su amo.

Thursday, November 26, 2009

CONTRA EL OSCURANTISMO EN EL FUTBOL

Antes de empezar este alegato, debo reconocer que debe de ser muy difícil aguantar a miles de energúmenos -entre los cuales desafortunadamente me he encontrado alguna vez-, insultándolo a uno durante 90 minutos o más, por el simple hecho de ser quien toma las decisiones. También hay que reconocer que, como el futbol es un deporte en el que las acciones se suceden en cuestión de segundos, es muy difícil –por no decir imposible- que no cometan errores los árbitros al cabo de 90 minutos. Si a eso le sumamos que los jugadores están dispuestos a todo con tal de ganar; desde fingir una falta inexistente hasta simular que han sido golpeados por un objeto proveniente de la grada o poner la mano para desviar el trayecto de un balón ya sea para impedir un gol o, por el contrario, meterlo, la labor de los antes llamados “hombres de negro” se vuelve inconmensurable .Sin embargo y pese a que los insultos y las trampas nunca tendrán justificación, no hay que olvidar que los árbitros y linieres están ahí porque así lo han querido. Sabían –pues en eso no ha cambiado el futbol con el paso de los años-, lo que les esperaba si emprendían ese trabajo. Nadie les obligó. Y lo que es peor, nunca han hecho una huelga para exigir la incorporación de la tecnología a las canchas, lo que favorecería enormemente su trabajo. Ya sea por la incrustración de un chip en la pelota para determinar si ésta entró o no, o por el uso de la repetición para jugadas muy determinadas. Sus errores disminuirían y su influencia en el resultado final también. O sea que les gusta que todo esté bajo su mandato. Algunos lo harán por el dinero que cobran por partido pitado o, quizá, porque les gusta o por satisfacer sus ansias de poder ya que, finalmente, el arbitro central es el dios del estadio en ese momento y tiene poderes sobre la vida y obra de cada unos de los miembros de los dos equipos. Si un árbitro así lo desea (en un rapto de locura se entiende), puede expulsar a todo un equipo, acusar falsamente a un jugador de haberlo insultado, castigar con penalties inexistentes o acabar el partido en el minuto 10 de acción y no hay ninguna autoridad a la que se pueda apelar en el momento mismo que ocurren los hechos. Ni siquiera sus compañeros linieres pueden rebatirle una idea, tan solo sugieren. Por ejemplo, si un jugador anota un gol estando en fuera de lugar, ya puede el linier levantar su bandera 1 hora, que si el árbitro decide que por sus cojones el gol es válido no hay nada que hacer. En ese sentido, se trata de un juego totalitario completamente antidemocrático. El jugador está en completa indefensión frente al todopoderoso silbante. Ni siquiera, en una comisión de disciplina, puede llamar testigos del otro equipo para rebatir las acusaciones del árbitro aparecidas en el acta arbitral. Lo que dice el acta va a misa.
Lo anterior son teorías fantasiosas de cosas que espero nunca pasen durante un partido. Ahora bien, en algunas ocasiones los árbitros sí rebasan el límite de errores que debieran de cometer o, peor aún, pierden la compostura ante la agresión de un jugador. Hace pocas semanas un abanderado que fue empapado por un jugador que se sintió muy graciosito, acabó queriendo agarrarse a golpes con el payaso. La riña fue impedida por los propios jugadores, pero en otra ocasión un árbitro sí acabó a puñetazos y patadas con el jugador que lo había insultado. Recuerdo que aquella vez sus compañeros silbantes habían dicho que no aceptarían que se sancionase a su compañero alegando la presión a la que estaban sometidos y, finalmente, hace no mucho el árbitro suizo Massimo Bussaca insultó a los aficionados que lo estaban insultando mostrándoles el dedo corazón en alto. Dicho sea de paso existe el rumor de que este mismo arbitro se orinó en un estadio de futbol en un país árabe sin que -que yo sepa-, se haya emprendido una investigación al respecto. En ese caso el desmentido del propio acusado ha bastado para que la FIFA le diese la razón. Otro hecho inaudito ocurrió en los años 80 en México durante un partido de playoffs entre el América y el Morelia. Por primera vez, se le daba mayor importancia a los goles marcados como visitante que como local. El partido de ida había terminado 1-1 y, de igual manera acabó el de vuelta. Durante los tiempos extras ambos equipos marcaron un gol más. Al acabar los tiempos extras fue cuando el arbitro se lució, pues determinó que el Morelia, tras haber marcado 2 goles de visitante, había ganado. Sin embargo, la reglamentación establecía claramente que durante los tiempos extras se anulaba la trascendencia de los goles marcados como visitante. Es decir, el arbitro no se sabía el reglamento. Al final, después de mucho discutir y leer las normas cambió su decisión e hizo que los morelianos volvieran –medio duchados algunos- a la cancha para la tanda de penalties. De todos los anteriores casos, solo el insulto al público de Bussaca –hasta donde yo sé-, fue merecedor de un castigo público consistente en impedirle al juez pitar durante tres partidos. Por otra parte, ¿qué ocurre cuando el árbitro comete varios errores en un solo partido? En esas ocasiones un comité de competición decide en lo oscurito y sin hacer público su fallo, mandar al juez a la congeladora durante X tiempo. El aficionado nunca sabe realmente nada de esto tan sólo lo intuye por el hecho de que el silbante desparece de los campos. Uno de los escándalos arbitrales más celebres de los últimos tiempos, fue la actuación del danés Tom Henning en el partido de semifinales de la Champions 2008-2009. En aquella ocasión el juez central expulsó injustamente a un jugador del Barça y, más grave aún, dejó de marcar al menos 3 claros penalties a favor del equipo inglés. En este caso sólo existen dos posibilidades, o no vio los penales en cuyo caso tenemos que dudar muy seriamente de su capacidad ya que las decenas de miles que estaban en el campo si lo vieron, o, peor aún, los vio y no tuvo el valor de pitarlos. Si tenemos en cuenta que se trataba del penúltimo partido del torneo europeo y que Henning ha vuelto a las canchas en la quinta jornada de la competición, podemos deducir que su castigo fue de 4 partidos. Es decir, una media de un partido por cada lamentable error. Lo criticable no es el castigo en sí (si es que lo hubo porque como ya digo esto es una mera suposición), sino la imagen que se transmite desde la FIFA con respecto a los árbitros. Se trata, en efecto de un proceder de corte stalinista que por una parte castiga al acusado, pero oculta el proceso en sí –solo les falta decir que el árbitro está enfermito-, genera una idea en el aficionado de que, ya puede cometer la peor burrada el juez central, que tiene la impunidad asegurada. En el caso de Henning, se podría pensar si la sanción, en caso de haber existido, fue o no fue excesiva, pero a fin de cuentas se trata de un error de interpretación. Sin embargo, se podría dar el caso de que el Chelsea quisiera recusarlo en un futuro enfrentamiento y tendría toda la razón del mundo visto el daño que le hizo la última vez. En el caso de Bussaca, si fuera cierto que insultó a jugadores (aparentemente en un partido del mundial les habría llamado “piece of shit”) y que orinó en el césped ante los ojos de todos los aficionados, amén del comprobado insulto a los aficionados, debería ser expulsado durante mucho tiempo de las canchas. No se trataría en ese supuesto de una pérdida ocasional de papeles sino de comportamientos reincidentes. Sin embargo, no pasa nada. Unos cuantos partidos fuera y todo arreglado. Esto último es muy grave porque si tienen que recurrir a estos árbitros para que se pueda jugar un partido cuán malos no serán los árbitros substitutos.

Saturday, November 21, 2009

PRESENTACIÓN



Lunes 23 de noviembre a las 19:30 en la Casa del Libro de Gran Vía nº 29 junto con los escritores Horacio Vázquez Rial y José Enrique Canabal.

Thursday, November 19, 2009

LOS PARTIDOS PIRATAS EUROPEOS DEBEN DEFENDER A SUS COLEGAS AFRICANOS

Tras la liberación de los pescadores españoles del Alakrana, han surgido todo tipo de rumores sobre la suerte que correrán los dos piratas africanos Abdu Willy y Raageggesey Adji Haman. Algunos vaticinan que estos serán liberados mediante una pirueta jurídica o incluso un indulto y otros creen, que una vez liberado el barco, el gobierno español se desentenderá de cualquier compromiso adquirido y condenará a los 2 acusados.
Sea cual sea la resolución final, resulta vergonsozo el silencio de los partidos piratas europeos que no sólo no han tenido ningún acto de solidaridad con sus colegas africanos sino que han mantenido un silencio cómplice con las autoridades españolas. ¿Qué pasa? ¿Que porque no usan internet los somalíes dejan de ser piratas? Si no tienen acceso a la red, pues tendrán que hacer las cosas a la antigüita,¿no? Además, seamos sinceros, los verdaderos piratas son los somalíes. ¿Qué épica puede haber en izar el adsl, dirigir el mouse a barlovento y abordar emule para obtener un pinche botín de películas? ¿Es que acaso no es tan noble la defensa del medio ambiente y más concretamente de las especies subacuáticas, como la defensa de la gratuidad de la cultura? ¿No es tan lenta la negociación del rescate como la bajada de la película? Por si fuera poco, existe un motivo más por el cual resulta más atractiva la lucha de los piratas de carne y hueso frentes a la de los virtuales y este es el amor. En efecto, aprendemos hoy en un diario español que el dinero del rescate sirvió para financiar varias bodas. Es más, estoy seguro que daría para una excelente producción de Hollywood con Brad Pitt y Angelina Jolie en los papeles protágonicos. La cosa podría ir más o menos así: Brad Pitt es un joven pescador que se enamora de la hija del jefe de la tribu (Angelina Jolie) y ella de él por supuesto, pero ante los ojos de su padre no es digno de desposarla. Para colmo de males, el joven pescador no puede prosperar porque los avariciosos europeos esquilman sus aguas y apenas consigue alimento para si mismo. Es entonces que, con un puñado de valientes, toma la decisión más dura de su vida consistente en convertirse en pirata para atacar a aquellas embarcaciones avariciosas que se salgan de la zona de seguridad. Todo esto podría ir acompañado con una canción del tipo The power of love o “Por el amor de esa mujer, somos piratas con un mismo destino”, que sé yo. En todo caso, al final de la peli los pesqueros extranjeros se irían y Brad Pitt acabaría casándose con la hija del jefe de la tribu. El único problema es que Brad Pitt Y Angelina Jolie no darían mucho el pego como africanos.
Esa última reflexión me trae de vuelta a lo que quería decir. Los piratas somalíes son tan filibusteros como los europeos o más. Por ello, no existe ninguna razón para que los partidos que defienden tan honorable profesión no respalden en estos duros momentos a sus compañeros Abdu Willy y Raageggesey Adji Haman. Qué fácil es atacar a las malvadas multinacionales desde el sillón de su casa, pero qué difícil es ser consecuente con uno mismo cuando es el precio de las latas de atún el que está en juego. Exijo que Los Partidos Piratas Europeos dejen de rehuir su obligación moral, asuman la defensa de sus camaradas y que convoquen a una huelga en toda Europa en las próximas 24 horas a favor de su liberación. Si no lo hacen así, perderán una oportunidad histórica para demostrar que se trata de formaciones universalistas y, en cambio, tendrán que soportar por el resto de sus vidas el oprobio de ser considerados partidos racistas que sólo buscan legalizar el libre acceso a los vicios de un grupúsculo de personas. PORQUE LA PIRATERÍA ES COSAS DE TODOS: ¡LIBERAD A WILLY!

Monday, November 16, 2009

SISTEMAS ELECTORALES

Llevo ya 13 años viviendo en este país y siempre, salvo en una ocasión que me surgió un viaje de última hora, he votado en las elecciones españolas.
Sin embargo, más que andar revelando pasajes de mi vida, lo que me interesa en este y quizá otros artículos es hablar de diversos sistemas electorales. Empezaré, por ello, con los que mejor conozco que son el español y el mexicano. Siendo que la democracia, en mi país natal, está todavía en proceso de construcción, iniciaré hablando del sistema electoral español que ya está completamente asentado. Antes de empezar, sin embargo, me gustaría resaltar el hecho de que los dos principales partidos siempre hablan de que hay que reformarlo pero, una vez que llegan al poder, descubren las bondades del sistema y ya no vuelven a tocar el tema hasta que son destronados. La razón es muy sencilla. El sistema favorece ampliamente al vencedor.
Aquí en España, predomina la famosa ley d’Hont mediante la cual de los 350 diputados 102 se reparten entre las 50 provincias españolas (2 por provincia) y las dos ciudades autónomas que se llevan una cada una. Esto explica porque una comunidad más despoblada como Castilla y León tiene más diputados que Galicia, ya que tiene el doble de provincias. A partir de ahí el resto de los diputados se reparten conforme a la población de cada provincia, pero siempre favoreciendo el voto rural por encima del urbano con el fin de que las comunidades autónomas donde hay mayor población por tener grandes ciudades no eclipsen totalmente a las más pequeñas. Por poner un ejemplo, las Comunidades Autónomas de Andalucía, Cataluña y Madrid reúnen a casi el 50% de los habitantes del país y, sin embargo, sólo tienen 143 diputados lo que representa un 40% del total de congresistas. A diferencia de otros sistemas electorales donde se divide el país en tantos distritos como diputados hagan falta, aquí cada provincia es un distrito electoral con un número variable (según la población) de diputados en juego. Los resultados de cada partido se dividen por dos tantas veces como sea necesario y a partir de ahí se designan los diputados en función de las cifras más altas. Esto se hace así para evitar, como ocurre en los sistemas de distritos electorales que, por un voto se pierda la diputación y que un partido pueda hipotéticamente hacerse con todos los escaños del parlamento. En el caso español el reparto de los escaños está asegurado. La composición de la Cámara es muy importante, ya que son los diputados (no los electores) quienes van a elegir al presidente de aquella formación que logre, por si sola o en alianza con otras, reunir a la mayoría de los diputados.
Una vez que hemos visto el mecanismo y las ventajas del sistema pasemos a sus defectos que, desafortunadamente, son muchos. En primer lugar, el elector de nuestro país no elige al diputado de su circunscripción sino al partido que quiere que se lleve la mayor cantidad de diputados de su provincia. Los partidos políticos presentan un listado cerrado de nombres en función de los diputados en juego en la provincia. Si en la provincia se eligen a 5 diputados, el listado tendrá 5 nombres amen de los reservistas. Normalmente, el elector solo conoce al cabeza de lista y quizá al segundo y no sabe quienes son el resto de los candidatos. Estos, por su parte, no realizan ninguna campaña a favor de su candidatura y se cobijan en la popularidad del líder cabeza de lista con la esperanza de que su partido obtenga los suficientes escaños para que, por ejemplo, ellos también sean electos diputados. Si se está en el tercer lugar de la lista del partido, se desea fervientemente que el partido obtenga por lo menos 3 escaños . Ahora bien, estas listas cerradas en las que solo se conoce al cabeza de lista provocan que los electores no sepan quiénes son sus representantes a los que dirigirse en caso de problemas, a diferencia de lo que ocurre en otros países donde se sabe perfectamente quién es el diputado de su distrito y se tiene total acceso a él en caso de necesidad. No sólo eso, la representatividad de nuestros diputados es muy limitada por no decir nula. De ahí que los partidos se sientan poseedores del escaño de la cámara más que el propio diputado que lo ostenta. A fin de cuentas, el diputado está ahí no por sus meritos personales, no por los votos conseguidos por sí mismo, sino porque así lo quiso el partido. De ahí también que, pese a ser considerados representantes del pueblo, estén los diputados sujetos a la terrible disciplina de partido que establece que el representante popular debe decir amén a todo lo que diga la cúpula de su partido independientemente de que sea bueno o malos para sus electores. De ahí, finalmente, que no haya fisuras cuando se votan, por ejemplo, la participación de España en una guerra injusta o el alza de impuestos al pueblo llano en tiempos de crisis. El diputado tiene la obligación de obedecer a su partido y si no que se atenga a las consecuencias y castigos que le tocarán. ¡Ay de aquel que no lo haga así! Como decía un amigo en broma:”Para eso, mejor sería que sólo se presentasen los portavoces parlamentarios y su voto valiese por el de todos sus compañeros de partido. Se ahorraría mucho tiempo y muchos salarios de esta manera”. Por ello, los partidos no quieren reformar el sistema electoral ya que este, les permite contar con la obediencia ciega de sus diputados y hacer lo que les venga en gana. Se trata de un sistema caudillista cuyo mayor defecto son sus resultados finales. Si el partido gobernante tiene mayoría absoluta pierde toda cordura y acaba imponiendo sus peores desvaríos sin atender a razones. Pero tampoco mejora la situación si el vencedor no obtiene la mayoría absoluta.
Como los electores no somos los que elegimos al presidente sino los diputados, es necesario conformar una mayoría mediante alianzas tanto para conseguir la investidura del candidato como para sacar adelante los proyectos de ley que presentará en los siguientes años. En ese momento, los liliputienses cainitas (véanse partidos nacionalistas) toman su revancha de las elecciones y hacen valer a precio de oro sus pocos diputados. Se establece una especie de chantaje electoral en el que el partido pequeño establece una serie normalmente desmedida de condiciones para que el grande cuente con su apoyo, ya que sin la cifra mágica de 176 diputados no se puede gobernar. En ese sentido se han visto todo tipo de alianzas antinatura y milagros como el repentino don de lenguas de José María Aznar quien, contra todo pronosticó, pasó del “puyol, enano, habla castellano” a “parlar catalá” en la intimidad. En las comunidades autónomas se han visto prodigiosas trasmutaciones de resultados electorales, siendo el que queda segundo el que acaba gobernando por el odio que le tiene el tercer partido en discordia al vencedor. Sin embargo, el caso más inverosímil se dio hace unos años en Cantabria, donde el PP se quedó a dos escaños de la mayoría absoluta. Los socialistas, viendo la posibilidad de gobernar buscaron un pacto con el tercer partido quien, a su vez , también quería gobernar. Pues bien, con tal de que no gobernará el PP, los socialistas aceptaron proclamar al candidato del partido perdedor como Presidente de la Comunidad. Como bien dice la parábola bíblica: “los últimos serán los primeros.”
Estas alianzas antinatura acaban entorpeciendo el proceder del partido gobernante y generan gran desilusión entre los electores. Sería muy fácil acabar con este problema. Tan solo haría falta que el presidente fuese elegido en una papeleta aparte y que no necesitase el apoyo de una mayoría estable en la cámara para gobernar. En lugar de buscar grandes pactos de gobernabilidad, el mandatario tendría que buscar microalianzas para la aprobación de cada una de las leyes. De esta forma podría pactar algunas reformas con unos partidos y otras con otros dándole mayor flexibilidad. Pero claro, para que esto fuese posible sería necesario, antes, eliminar la nefasta disciplina de partido y dejar a los diputados votar libremente. Dejarlos ser auténticos representantes del pueblo.

Thursday, November 05, 2009

HISTORIAS DE LA JODIDA CRISIS

VII. SOBRE LOS MÉRITOS EN LA VIDA (continuación del anterior)
Una vez que hemos visto en el capítulo anterior como el presidente del sindicato de los millonarios defendía a sus agremiados, pasamos a analizar los méritos hechos por el Sr. Astiazarán para dirigir la Liga de Futbol Profesional. Para ello recurriremos al moderno tumbaburros de nuestra era mejor conocido como Wilkipedia: "José Luis Astiazarán Iriondo (San Sebastián, Guipúzcoa, 1963), es un directivo español, y actual presidente de Liga de Fútbol Profesional (LFP).
Abogado de profesión, José Luis Astiazarán fue elegido presidente de la Real Sociedad en 2001, abandonando el club en junio de 2005 y dejándolo en la bancarrota debido a una nefasta gestión organizativa, convirtiéndose así en el 4º Presidente de la Liga Nacional de Fútbol Profesional. La Comisión Electoral de la Liga proclamó el 15 de julio de 2005 su candidatura, que fue la única presentada, recibiendo los avales de treinta y nueve de los cuarenta y dos clubes de Primera y Segunda División."
Es una pena que la vida real no sea así. Normalmente, cuando uno la caga en su trabajo pierde el puesto y, si es de mucha gravedad la falta como provocar la ruina de la empresa en la que se trabaja, se queda marcado para el resto de nuestros días a la hora de volver a buscar trabajo en el sector. Sin embargo, en la liga de los millonarios las cosas son totalmente distintas. En algunos casos, a banqueros irresponsables que han provocado la crisis se les ha dado bonos de jubilación multimillonarios y, en otros, no sólo se les lava los pecados pasados sino que se les asciende. Pero no seamos mal pensados. Otra opción es que el sr. Astiazarán quizá es un abogado maravilloso y los dueños de los clubes, previendo que la dichosa ley Beckham iba a tener un final por la injusticia que representa, hayan decidido emplearlo para cuando surgiera la ocasión. En cualquier caso, tras el pobre alegato presentado en estos días ante las cámaras y visto su pasado como gestor, no nos queda más remedio que seguir entonando nuestro grito de guerra: "ASTIAZARÁN, ¡DIMISIÓN YA!"

Wednesday, November 04, 2009

HISTORIAS DE LA JODIDA CRISIS

VI LA HUELGA DE LOS MILLONARIOS

Entre las improvisaciones del gobierno para combatir la crisis, ha surgido una medida acertada -por fin-, no tanto por su importancia, como por el hecho de que acaba con una desigualdad aprobada años atrás por el congreso de los diputados. Me refiero a la iniquidad producida por la famosa ley Beckham, que permite a un futbolista extranjero que gana más de 600 000 euros al año tributar sólo el 24% anual a diferencia de su homólogo español que paga hasta el 43%. Mismo trabajo, mismo salario y, sin embargo, diferentes impuestos o, si se prefiere de otra manera, lo que tenemos ante nuestros ojos es un claro ejemplo de discriminación racial malinchista. Si pensamos que un mileurista paga paga un 13% por un salario 600 veces inferior, pues el atropello se dispara a extremos estratosféricos. Eso sin contar que, visto desde una perspectiva de libre mercado, podríamos estar ante una competencia desleal producida por el gobierno que permitió estas ventajes fiscales a los jugadores extranjeros, mientras que en el resto de los países europeos, los jugadores pagan los mismos impuestos que rebasan el 40%. Esta medida facilita que las empresas locales, (equipos) acaparen el mercado de jugadores de alto nivel.Sin embargo, pese a lo flagrante del delito, no ha faltado quien defienda a los jugadores. El señor Jose Luis Astiazarán, presidente de la Liga de Futbol Profesional, no discute los puntos antes mencionados de justicia laboral. Tampoco le importa que con ese dinero extra producido por el alza de impuestos a los jugadores extranjeros, se puedan generar más empleos, escuelas, hospitales carreteras, etc...Para él, ante todo, está lo más importante y es que haya un fútbol competitivo. Igual da que la nueva ley haya sido aprobada por los representantes del pueblo electos libremente a diferencia de él que no representa a casi nadie, como el también es presidente se cree con tantos poderes como el que desafortunadamente nos gobierna. Todo su argumentario se reduce a alegar que sus pobrecitos defendidos ya no van a querer venir a jugar a España y, por ende, sin el añadido de su calidad bajará el nivel del fútbol nacional. Uno no puede dejar de preguntarse como hicieron en el pasado, cuando no existía la ley Beckham, el Real Madrid y el Barcelona para traer a los di stefano, hugo sánchez ,Stoickov y Cruyff y tantos jugadores que han deleitado a generaciones enteras de españoles.
Como buen líder que defiende a sus agremiados, el señor Astiazarán amenaza con un paro del torneo si la actual ley es cambiada, lo que vendría a ser un hecho histórico, ya que se trataría de la primera huelga de millonarios de la historia. En caso de cumplirse la amenaza, yo creo que los aficionados deberían hacer una contrahuelga de estadios vacíos y no compra de camisetas y banderas y entonces sí veríamos si la tributacion del 43% es tan excesiva.
Tras la indignación inicial por la postura de este defensor de injusticias, tuve una idea bajo cuyo cariz se entiende mejor(aunque nunca justifica) la postura del señor Astiazarán. En realidad, lo que le molesta al presidente de la LFP de la nueva ley, aunque él seguramente no lo sabe, es que simbólicamente esta ley que sube los impuestos a los que más tienen y acaba con los privilegios de los extranjeros por encima de lo connacionales, va en contra de la esencia del neoliberalismo. Veamos, en los paises neoliberalistas la mayor prioridad, por encima de las necesidades sociales, radica en la productividad y competitividad de las empresas o equipos en este caso. Las multinacionales extranjeras (jugadores) tienen siempre las mayores ventajas y se llevan las riquezas de los países a los que van. A cambio crean empleos mal remunerados, pero si surge la posibilidad de invertir en otro país con leyes laborales más laxas, no dudarán en abandonar el primer país en el que se establecieron. Al igual que las empresas los jugadores, pese a lo que digan sus contratos, generan un espectáculo efímero y no verán con malos ojos la posibilidad de emigrar si pueden sacar mayor tajada. Finalmente, lo que quizá más le revienta al sr. Astiazarán radica en el hecho de que, al menos en la teoría legal, los que más tienen sean tratados de igual manera que el común de los mortales. ¡ASTIAZARÁN, DIMISIÓN YA!