Monday, March 10, 2014

LA PRIVATIZACION DEL METRO HA EMPEZADO YA

Subrepticiamente, como sin querer la cosa, ha iniciado desde hace un par de años el proceso de privatización de metro de Madrid. La idea no es en lo mínimo original y se encuentra inscrita en la Hoja de Ruta de una Privatización del Thatcherismo. El punto de arranque, más concretamente, fue cuando la presidenta Esperanza Aguirre decidió cerrar sin previo aviso y con excusas vacuas decenas de las entradas del metro. Una buena mañana, los ciudadanos nos encontramos con que teníamos que caminar entre 100 y 200 metros más para poder entrar a los andenes. Muy graves tuvieron que ser los problemas de esas entradas, ya que nunca volvieron a abrir sus puertas. Luego se dijo en la calle que, vista la crisis económica, era una forma de ahorrar dinero al no tener que pagar la electricidad de los torniquetes y, desde luego, los guardias de seguridad y/o vendedores de entradas. No sé cuanto se pueda ahorrar con estas medidas, pero desde luego son la primera piedra en la construcción del desprestigio del metro. Los ciudadanos ya tienen una primera queja en el subconsciente  acerca de este magnífico medio de transporte. El segundo paso consiste en adelgazar el presupuesto del sistema de transporte. Eñ pretexto es la insostenibilidad del medio de transporte con las premisas anteriores a la crisis. Lo que realmente se consigue con esta reducción de es que el metro deje de funcionar con tanta excelencia. Al mismo tiempo, so pretexto de conseguir dinero para no subir las tasas, se empieza a permitir la sponzorización de algunas estaciones como ha ocurrido en el caso de la histórica Sol, cuyo actual nombre me niego a escribir por considerarlo impío. De esta forma se consigue sembrar la idea de que ese medio de transporte que es de TODOS tiene cierta vinculación con la iniciativa privada.
Volviendo a los desperfectos del metro, en el último año no pasa una semana sin que me encuentre en las distintas rutas que recorro un desperfecto importante en su uso. Sin ir más lejos, la semana pasada estuvo interrumpido  dos días no consecutivos el trayecto entre algunas estaciones de la línea 10. Asimismo es indiscutible la lentitud del servicio. Si antes pasaban 3 vagones en 10 minutos ahora lo hacen dos y esto en horas punta. A ciertas horas, más concretamente a partir de las 22 horas, los 10 minutos  de espera no se los quita nadie.  A mi paso me encuentro con escaleras mecánicas o pasillos mecánicos descompuestos periódicamente e incluso he llegado a tener que salirme del metro para ingresar por otra entrada porque los torniquetes no leían mi abono, pese a que en el otro acceso sí lo hacían.  Estos problemas empiezan a crear una bola de nieve de descontento que, cuando ya sea suficientemente grande y  la mayoría acuse a los funcionarios del metro del mal funcionamiento del medio de transporte, será precedida por la medida salvadora del Gobierno de la Comunidad de Madrid y que no será otra más que privatizar. De hecho, es la única medida que conocen, aparte del consabido ERE. La solución final vendrá acompañada de una costosa campaña publicitaria en la que se enfatizarán las bondades del futuro metro privado y el ahorro que le representará a los usuarios. En Pocas palabras, se trata de la clásica hoja de ruta de las privatizaciones del thatcherismo. Si el gobierno regional consigue su cometido, al final, como suele ocurrir en estos casos, el metro será más caro, seguirá funcionando igual de mal que en este último año y los ciudadanos continuarán a disgusto con su medio de transporte, a menos de que protesten como otros colectivos y consigan detener este inhumano plan que dificultaría aún más el día a día de millones de ciudadanos.