Monday, March 20, 2017

Prohibido quejarse por nimiedades

Voy a dejar de quejarme durante un mes.  Según sugieren un par de jóvenes en un artículo que leí, eso mejorará mi visión de la vida demostrándome cuán feliz soy en realidad y, quizá me muestre las personas tóxicas y negativas que hay a mi alrededor. Quizá la primera conclusión que saque con este experimento es que yo soy una persona tóxica, aunque para eso no necesito estar un mes sin quejarme; ya lo sé. En cualquier caso, para alguien como yo que considera que la vida es absurda en sí misma, no creo que este experimento me vaya a aportar nada. Pese a lo anterior, en la actualidad, considero que el hecho de haber nacido es una gran fortuna en si; un chiripazo, y ya solo por eso hay que intentar ser feliz, por más que nos compliquemos la vida nosotros mismos y los demás. Enfin, hoy a las 22:53 del 20 de marzo de 2017, nueve horas y media después de haber empezado la primavera comienzo mi campaña anti quejas gratuitas. Ya les iré contando.

21/3/2017
Se ha cumplido el primer día sin quejas superfluas. Es muy fácil cuando no tienes a tu jefe encima. El tiempo, eso sí, parece estirarse se vuelve largo, pero plácido al mismo tiempo. Mañana empieza la verdadera prueba de fuego. 

Friday, March 10, 2017

COMUNICADO A LA POBLACIÓN GENERAL


Madrid a 20 de noviembre 2112
Un año más, las historias bíblicas son pretexto para vándalos y seres sin escrúpulos que organizan todo tipo de desmanes para celebrar el nacimiento de un ser mitológico. Por ello, tal y como prometió este gobierno durante su campaña electoral, se ha decidido a tomar medidas con el fin de evitar las tradicionales desgracias ocasionadas en estas fechas y en aras de salvaguardar la salud mental y física de los ciudadanos:
1)     La ciudad quedará dividida en cuatro cuadrantes. Los habitantes de cada sección tendrán el derecho y la obligación de hacer sus compras en el fin de semana señalado por el gobierno  durante el mes decembrino. El que no haga acto de presencia en los centros comerciales en las fechas señaladas será consignado a las autoridades bajo el cargo de sabotaje a la economía local.

2)      El estrés que produce la difícil elección de regalos para los parientes quedará mitigado de la siguiente manera. Todos los centros comerciales pondrán a disposición de sus clientes cestas con regalos variopintos para todas las edades. Los obsequios que no le hagan falta siempre podrán ser empleados para regalo a otros familiares, mas no se podrán canjear. El kit de regalos conlleva, entre otras cosas inútiles, pistolas y municiones para los adultos; videojuegos, porros y alcohol para los adolescentes y jóvenes y muñecas y balones para los niños. En  conjunto cuesta 500 euros, pero si alguien quiere dejar más dinero tendrá todo el derecho y facilidades para hacerlo.

3)      Con el fin de evitar intoxicaciones de ingesta o etílicas, el menú de las cenas de  noche buena y noche vieja estará compuesto de: 1 langostino, 1 croqueta y un trozo de cordero, así como 1 mazapan ò un polvorón. Las bebidas, con el fin de evitar borracheras que deriven en pleitos y golpes, serán agua y una copa de vino. Para el menú de noche vieja se incluye una copa de cava pero se prohíbe terminantemente, reproducir el absurdo ritual de las uvas que tan solo ha producido, en los últimos años, muertes por asfixia.

4)      Cada ciudadano deberá cenar con sus propios familiares de sangre quedando de esta forma prohibida la asistencia a dichas reuniones de cuñados. Los nietos se repartirán equitativamente entre las casas de los padres de ella un año y, al siguiente en la casa de los padres de él. Quedan terminantemente prohibidas las fiestas de año nuevo que, como señalan todos los estudios, fomentan las infidelidades y rupturas matrimoniales.

5)      Quedan prohibidas las conversaciones sobre política, futbol y sexo durante las cenas antes mencionadas. Se podrá y deberá hablar del tiempo, del arte deconstructural y de la gastronomía nacional. Cualquier comentario hiriente que rebase los límites de la santa corrección política será castigado con penas de 2 a 10 años de cárcel, dependiendo de la gravedad del comentario. Igualmente se prohíbe emplear los belenes y demás adornos navideños como armas arrojadizas y fumar cigarros de tabaco será penalizado con el destierro eterno.

 El funcionamiento de farmacias, hospitales y medios de transporte quedará salvaguardado por miembros del ejército que no dudaran en ejecutar a los trabajadores alborotadores que pretendan reducir la sacrosanta productividad.


Debido a los bajos índices de participación, el culto en las iglesias, incluída la misa de gallo, sólo permanecerá abierto todos los días en las horas habituales.  

Sunday, March 05, 2017

VIAJE AL DESIERTO I

Fui un desastre como esposo:  vicioso e incapaz de procrear un hijo. Cuando digo vicioso no me refiero al sexo; nunca fui infiel. Pero el juego y el alcohol siempre me dominaron. Al final he podido controlarlos ambos. Lo cual no me impide gastar 10 euros semanales en apuestas del estado y, cuando algún colega se presta, cogerme una buena borrachera. Es en esas ocasiones cuando me doy cuenta de lo mucho que me odio. En realidad nunca debí casarme. Tan solo aporté dolor a Estela. Claro que no era mi intención. Yo la amaba y creía en esas chorradas del amor regenerador. Pero lo cierto es que la gente no cambia salvo cuando le ve las orejas al lobo como le pasó a mi padre tras su infarto que dejó de fumar tras 50 años.
Me ducho, me subo a mi coche y voy  a la oficina. Ahí empieza el infierno de cada día. Al principio es más bien agradable. Llego de los primeros, me sirvo una taza de café juego una partida de solitario y empiezo las llamadas. Durante las conversaciones, y para no aburrirme oyendo hilos musicales, voy jugando una partida de ajedrez cuando el jefe no está presente. Muchas veces también juego mientras oigo a los imbéciles de mis clientes. Prefiero el hilo musical. Al menos este no dice necedades. Tan sólo busca infructuosamente sentirme bien en ese espacio muerto que va de la recepcionista al jefe o jefa de marketing. Para ganarme medianamente bien mi sueldo tengo que hacer una  media de cien a ciento cincuenta llamadas al día. Ciento cincuenta repeticiones de la misma frase, ciento cincuenta chistes reducidos a uno sólo. Ciento cincuenta humillaciones para conseguir una oportunidad, pero eso no es lo peor. Esa es la mierda de baja estofa. Mi tormento queridos lectores empieza cuando llega una rata de origen austral que a sus cincuenta y cinco años se sigue creyendo joven. También cree que nadie se entera de sus teje manejes y que es el más listo de todos. Mis mejores sueños  son aquellos en los que lo machaco a puñetazos y no cansado de ello, me arrodillo sobre su sanguinolento cuerpo para arrancarle de una mordida a oreja. Cuando vuelvo a levantar mi cabeza, mi cuerpo entero y especialmente mi cara están bañados de sangre. Se trata de un acto purificador, un sacrificio propiciatorio en el que yo soy el sacerdote supremo. Finalmente, me levantó. Mi cara se ilumina en esas ensoñaciones, según me comentó una compañero que nunca supo en qué estaba pensado gracias a Dios.
En este momento estoy en la oficina haciéndome el pendejo. Hago como que trabajo para que mis jefes hagan como que me pagan. Obviamente no se trata de un ejercicio llevado hasta el último extremo en ninguno de los dos casos. Algo trabajo y algo me pagan. El acuerdo sería  de lo más satisfactorio si ambas partes nos conformáramos con esos mínimos, pero no podemos. La empresa necesita más para salir adelante al igual que yo. ¿Qué es lo que impide entonces que lleguemos a un acuerdo pro productividad? La desconfianza mutua supongo. El asco de conocernos desde hace 15 años. Llegará el día en que yo me canse y largue a otro lugar donde ciertamente cobraré más pero perderé ciertas licencias de facto que tengo ahora. También pudiera pasar que se hartaran de mí y me echaran a la puta calle. En cualquiera de los dos casos cambiaría mis patrones por simple deseo de supervivencia. Vivo aletargado en la convicción de que mi vida es inútil y nada de lo que haga le dará ese sentido perdido. En efecto, veinte años atrás tenía trazado el rumbo a seguir. Volverme maestro universitario para ganarme la vida y escribir mis relatos. El resto de mis grandilocuentes proyectos se completaba con viajar alrededor del mundo. De todas estas quimeras solo el viajar perdura. Hace 10 años que no tecleo texto alguno de ficción. La última vez fue una novela negra acerca de un alcohólico que veía los asesinatos de sus amigos, pero no recordaba con certeza como habían ocurrido los hechos salvo por pequeños flashazos que lo conducían a la solución a modo de hilos de Ariadna, para acabar descubriendo que él los había matado.
He seguido viajando a pesar de mi maltrecha economía, después del divorcio. Afortunadamente sigo gozando de la soledad en esas ocasiones. Y además el hecho de ya no deber fidelidad a nadie me permite conocer los encantos de cada país.

No obstante, las vacaciones para las que ahorro hasta el último centavo, tan solo son un remanso de paz en mi  absurda vida. Ha llegado el momento de no tener miedo a perderlo todo. Me voy al desierto. Me iré al desierto durante un mes. A un oasis y buscaré estar conmigo mismo. Nunca consigo estar solo así me encuentre en una habitación vacía. Tengo que hacer algo para no angustiarme. Ahora bien qué conseguiré con este viaje no lo sé, pero tengo que hacerlo.      

Friday, March 03, 2017

BAJO EL OJO DE LA BALA

Desde joven siempre me interesé en la política de mi país, a diferencia de mis amigos, que sólo querían hacer negocios o ser escritores, pintores y no sé qué otras mamadas. Mi carrera política fue meteórica y fructífera; de secretario técnico pasé en dos años a Subsecretario y, hace tres años, gracias a la elección de mi padrino como Presidente de la República de las Bananas, yo fui nombrado ministro del Interior, ¡con tan sólo 27 años de edad!
Sin embargo, el día del tercer informe presidencial, los militares dieron un golpe de Estado, asesinaron a los principales miembros del Gobierno civil y arrestaron a los burócratas de mayor y menor importancia. En menos de una hora controlaban la compañía de luz, agua, teléfonos, el aeropuerto internacional y la fuente de recursos más importante del país: la plantación y reserva nacional de plátanos.