Sunday, October 23, 2011

MANIFIESTO POR LA LIBERACIÓN DEL CONGRESISTA IBÉRICO


Hemos avanzado mucho desde que nuestros antepasados descubrieran que frotando dos piedras podían crear fuego. Hemos llegado a la luna y creado artilugios que nos permiten estar conectados al mundo en todo momento; incluso cuando caminamos en la calle. Sin embargo, en este mundo de grandes adelantos permanecen situaciones bochornosas que invalidan o al menos eclipsan el brillo de los anteriores logros. Tal es el caso del cautiverio en el que permanece la especie representatis populum mejor conocida como diputado ibérico por ser esta la manada más extensa, pero no la única.
Como todo el mundo sabe el diputado ibérico, también conocido como senador, concejal o edil según la variedad de la especie, campa a sus anchas en las vastos llanuras congresales españolas. El diputado ibérico vive de la generosidad de una especie más numerosa llamada votante que espera, a cambio de darle su nutrición, que el congresista lo defienda de depredadores más terribles como la monstruosa crisis. Una de las peculiaridades de estos animales es que se subdividen en varias subespecies según el color de su pelaje. De esta forma conocemos el congresista azul, el verde y el rojo por citar algunos. Pese a tratarse de la misma raza y tener las mismas costumbres, cada subespecie es regida por un macho dominante que continuamente se pelea con sus otros homólogos y del cual dependen el resto de los diputados obreros. A simple vista los observadores piensan que se trata de una raza estúpida ya que todos estos mamíferos parecieran estar más interesados en enzarzarse en peleas fútiles, en lugar de arreglar sus problemas y los de las otras especies de las que dependen. Sin embargo esta percepción se debe a que la mayoría ignora el poder que tiene el macho dominante en cada subespecie En otras latitudes, cada componente de la manada tiene derecho de disentir, en mayor o menor medida, de lo que dice su líder sin que por ello sufra percance alguno. Sin embargo, en estas tierras que fueron dominadas por un orangután implacable durante 40 años, no existen tales licencias. En los campos salvajes del congreso ibérico cada diputado debe lealtad eterna a su amo, ya sea este azul, rojo, verde o amarillo. Las disensiones no son permitidas y se castigan de diversas maneras según el grado de “traición”; desde la retirada de la comida durante unos cuantos días hasta el destierro definitivo de la manada. Cierto es que, de vez en cuando, surge algún diputado que osa enfrentarse a su jefe y cambia de manada, pero pese a los buenos recibimientos que le ofrece su nuevo clan que ve de esta forma como se engrosan sus filas, lo cierto es que estas actitudes solo conducen a la larga al ostracismo y a la muerte. Los diputados obreros solo tienen derecho a gritar cuando otro macho dominante los increpa y, de vez en cuando, también tienen derecho a interpelar a los rivales de sus jefes. Sin embargo, nunca pueden presentar una idea propia sin el consentimiento del líder. Todas estas limitaciones provocan que los votantes ya no vean en el diputado un orgulloso defensor de su especie, sino un lamentable borrego autómata que sólo sabe apretar un par de botones según las circunstancias y que a veces ni siquiera es capaz de hacerlo correctamente. El cambio climático provocado por la manada del 15 M, ha hecho surgir una postura cada vez más crítica del votante que empieza a negarle su alimento al diputado ibérico. En caso de no liberarse éste de sus cadenas atávicas, también conocidas como disciplina de partido, terminará desapareciendo ante la indiferencia y el odio generalizados. No podemos permitir que esta especie milenaria desaparezca bajo el yugo de su propia servidumbre e incompetencia, por eso tenemos que liberarla muy a su pesar.
LOMBERA’ 11

1 comment:

Anonymous said...

Muy bueno el artículo, de verdad que escribes bien el ensayo satírico-político. La forma genial. Pero, el verdadero problema no esa manada, ni la otra manada del 15M, sino toda esa manada que áun se atreve a votar... lo bueno es que ninguna de las tres manadas tiene la idea de desaparecer y sabes ¿por qué?
Porque esa raza se llama Humanos y sigue líneas de conducta, órdenes y se rige por "ideas" y creencias. Todo pareciera que es muy esperanzador, pero la verdad es que cada vez que a alguien de esta especie se le ocurre meter un papelito en un urna ya es "indistinto", ya es parte de la masa...eso, he ahí, eso es lo que son todas esas manadas: partes de una masa informe; que joder, pobres bestias, el que ellas tengan patrones específicos de conducta no quiere decir que sean "estúpidas".
Rastra