Monday, April 26, 2010

SOBRE LA COGIDA DE JOSÉ TOMÁS

En los últimos días, toda España ha estado pendiente del estado de evolución del torero José Tomás que sufrió una grave cornada en la plaza de toros de Aguascalientes. Varios son los factores que ha reseñado la prensa española al hablar del caso:
1) La rápida intervención del subalterno y de quienes lo ayudaron para presionar la herida e intentar disminuir la hemorragia.
2) La preocupación mostrada por todos los asistentes que fueron en masa, tras el anuncio de la megafonía a donar sangre para el maestro.
3) La acertada intervención del equipo médico que lo intervino en la misma enfermería del coso y
4) la carencia de medios como oxigeno, anestesia y pinzas en la enfermería de la monumental de Aguascalientes.
Este último hecho ha sido aprovechado por los medios de comunicación españoles para transmitir una imagen denigrante de mi país. En las tertulias hemos podido ver a personas romperse las vestiduras porque se había permitido la corrida con esas carencias. Sin embargo, en ese mismo programa ya el médico de Las Ventas había señalado que las carencias de la enfermería se debían a que en México, como en los cosos de Francia, se aplicaba otro protocolo consistente en estabilizar al torero y trasladarlo al hospital. Por supuesto, si el incidente hubiese ocurrido en Francia no habría tal asociación a la carencia de medios con la situación del país.
En cambio, lo que sí olvidan comparar los medios españoles es las distintas formas de actuar de los médicos en los casos de Paquirri y José Tomás. Mientras que el primero desoyó al matador que le pedía que interviniese y lo embarcó en una ambulancia con destino al más allá, al segundo no le tembló el pulso para intervenir y haciendo virtud de la carencia -como suele ocurrir en muchas poblaciones aisladas de mi país-, estabilizar al gran José Tomás.
No dudo de las ventajas de tener un quirófano totalmente equipado en la plaza, pero también estoy seguro que Paquirri habría preferido un médico todoterreno capaz de operar en cualquier circunstancia en lugar de esas ventajas.
Yo tuve la suerte de estar en la plaza de toros de la ciudad de México, el día en que el médico del coso se jubiló. En aquella ocasión, Armillita, quien seguramente le debía la vida, lo sacó a la arena para que todos le aplaudiéramos. En sus 50 años de profesión ningún torero había muerto en la
plaza. Dudo mucho que se trate de una casualidad.

2 comments:

Anonymous said...

Sobre la "cogida" de José Tomas.
No pues, más bien se lo conearon ¿no? ¡Ay tío! si se lo hubieran cogido como dice usted que dice, no estaría ese hombre José que Tomas en tal estado, estaría no más en un estado de gracia. Pero bueno como sea, si que fue una buena cogida. A mi me gustan los toros, pero no hay Fiesta Brava sin un poco de sangre humana, eso se llama Sacrifcio y eso se llama poner en juego la "vida". Que sea lo mejor para ese chico.
Rastra

Juan Patricio Lombera said...

¡Ay,don Rastra!, usted siempre pensando en lo mismo.