Esta tarde vi una película y un
documental. La película In time viene
a ser una metáfora del mundo en el que vivimos y el toque más futurista radica
en que los seres humanos luchan por más tiempo de vida, ya que han sido modificados genéticamente para vivir siempre jovenes y guapos. Lo malo es que cuando cumplen 25 se les da un año de vida y solo pueden aumentar esa cantidad con su trabajo, pero como el coste de la vida es muy alto normalmente se quedan sin nada de tiempo y viven al día mientras pueden. Llevan incorporados en
el brazo un cronometro que les indica cuanto les queda. El tiempo es la moneda
de uso y, cuando el reloj llega a 0, simple y llanamente se mueren. Si
cambiamos el concepto tiempo por dinero nos encontramos con que la película es
un fiel reflejo de nuestro mundo, salvo que falta la pareja de guapos
protagonistas que le roban a los ricos (lo que estos a su vez ya han robado)
para dárselos a los pobres. Se trata, en definitiva, de una mezcla de Bonnie & Clyde con La fuga de Logan. Pese a su supuesto carácter
de ciencia ficción, no es casual que apenas haya elementos que distingan a ese
mundo del mañana con el que vivimos hoy: las mismas pistolas, los mismos
coches, los mismos muertos de hambre (muertos de tiempo) y los mismos banqueros
y financieros fundamentalistas convencidos de que el hombre es el lobo del
hombre y que vivimos en una jungla donde debe prevalecer el más fuerte.
Posteriormente, vi el documental
El
efecto Iguazu acerca de los trabajadores de Sintel a los que Mas Canosa
dejó de la noche a la mañana en la calle tras comprar de forma fraudulenta la
empresa. Tras montar su campamento en plena Castellana (en ese sentido fueron
unos precursores de los 15-M) y aguantar durante 6 meses la indiferencia del
Gobierno de José María Aznar, llegaron a un acuerdo de prejubilaciones anticipadas
y de recolocaciones de los trabajadores con el pago íntegro de los 6 meses que
se les debía. Pese a que hubo remoloneos en el cumplimiento de los acuerdos,
leo en internet que diez años después casi el 100 por cien de los trabajadores
que no se prejubiló ha conseguido una situación social y laboral óptima. En definitiva los trabajadores de
Sintel vencieron. Sin embargo, la victoria de Sintel no deja de ser un oasis en
medio de un desierto de derrotas laborales y de retrocesos sociales. La actual
crisis, provocada por banqueros y especuladores, está sirviendo de pretexto
para desmantelar el Estado de Bienestar en aquellas zonas donde existe y para
endurecer las condiciones laborales donde ya de por sí son jodidas. Casualmente
por las fechas en que se gestaba la lucha heroica de los trabajadores de
Sintel, yo estaba terminando de escribir mi primera novela,
La rebelión de los inexistentes. En ella hablaba de una huelga
universal que conllevaba el fin de un sistema injusto impuesto a base de
mentiras. Incluso en alguna parte de la novela mencionaba una huelga de hambre indefinida
en los países subdesarrollados. El caso es que los gobernantes del planeta, que
no son ni de lejos aquellos políticos a los que elegimos en las urnas sí están
unidos y sí están coordinados. Los cambios económicos y morales que requiere
este planeta no vendrán de la plutocracia que nos gobierna, sino de la unión de
los trabajadores de todo el planeta. Mientras que no seamos capaces de
organizar una huelga universal (esperemos que no haya que llegar a la huelga de
hambre indefinida), ellos podrán manipularnos, volvernos los unos contra los
otros e imponernos su ley. Sin embargo, las buenas noticias son que cada día
estamos más unidos gracias a las nuevas tecnologías y cada día son más los que
se dan cuenta de que este sistema solo vale para el 1% de la sociedad. Aunque todavía
falta, estamos más cerca de organizar nuestra huelga universal y cuando lo
hagamos venceremos porque ni podrán obligarnos a trabajar a miles de millones
de ciudadanos por mucho ejercito que saquen a la calle, ni podrán pasar de
nosotros que a fin de cuentas les damos con nuestro sudor su lujoso estilo de
vida. Sus riquezas se desmoronarían sin nuestro concurso. Solo entonces
podremos pensar en qué mundo queremos y que es lo que deseamos para nuestras
vidas.
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