Sunday, November 11, 2018

OBSESIONES CINEMATOGRÁFICAS


4. La muerte de Artax

El pantano de la desolación; lugar cuya única mención produce escalofríos, es el escenario de esta obsesión cinematográfica. Se trata de un inmenso lodazal cubierto de eternas nubes grises que impiden la visión del sol. Ahí vive la última esperanza de Atreyu para encontrar una cura para la emperatriz de Fantasía; la tortuga gigante y sabia llamada Vetusta Morla. Así nos lo hace saber la voz en off de Sebastián, lector de la historia interminable. También avisa del peligro mortal que conlleva dejarse dominar por la tristeza del paisaje. Atreyu descabalga para ayudar a su caballo a avanzar entre las ciénagas. El avance es cada vez más penoso. De pronto, no consigue que Artax dé un paso más. El joven guerrero se voltea y le dedica dulces palabras a su caballo. Se acerca a él para hacerle caricias y conseguir la cooperación del animal, pero nada funciona. El miedo se apodera del joven. Se da cuenta de que Artax se está hundiendo rápidamente. Intenta hacerlo reaccionar por todos los medios, incluso insultándolo. Nada funciona. Vemos al  caballo con los ojos desorbitados y la cabeza estirada dado que su amo está tirando de las riendas, mientras que el lodo cubre todo su cuerpo. No alcanzamos a ver su hundimiento final; el fundido en negro nos lo impide y lo deja a nuestra imaginación. En la siguiente imagen vemos a Atreyu llorar la muerte de su amigo.  
Existen otras escenas memorables en la historia del cine relacionada con los caballos. Quién no recuerda al semental cuya cabeza cortada aparece en la cama del productor de Hollywood, en El padrino, para forzar a este a darle el trabajo en su próxima película a Johnny (conocido en la vida real como Frank Sinatra), protegido de Don Corleone. También recuerdo, en Gringo Viejo, el momento en que Jimmy Smiths, que interpreta a un revolucionario mexicano que se vuelve loco tras tomar la hacienda donde había nacido, se acerca con cara de pocos amigos al escritor Bierce interpretado por Gregory  Peck. Bierce ha osado montar el caballo del revolucionario. En cierta forma ha mancillado el honor de éste. Una reparación de sangre es necesaria. Todos esperamos el tiro de gracia al viejo escritor. Smiths saca la pistola y dispara a la cabeza… de su amado caballo.
A pesar de lo impresionante que puedan ser estas dos escenas, yo me quedo con la de la historia interminable. La mirada desorbitada del equino antes de ser tragado por el pantano, me resulta inolvidable.



No comments: