Sunday, January 29, 2012

J. EDGAR: DECEPCIONANTE RETRATO DE HOOVER

Ayer asistí  con mucha ilusión a ver esta película protagonizada por Leonardo di Caprio,  encarnando a este mítico y siniestro director del FBI, que cuenta entre sus logros haber acabado con Dillinger y haber introducido métodos científicos para investigar los crímenes. La película nos expone a un Hoover en sus últimos años, recordando su vida para un proyecto de biografía que nunca llegará a ver la luz. Para ello emplea a diversos agentes del FBI como amanuenses y les va dictando sus memorias. Sin embargo, pese a las excelentes actuaciones y una buena recreación de los años 20’s y 30’s, así como una buena dirección, la película me resultó completamente decepcionante.
Resulta interesante, la forma abierta en que se aborda la vida privada del director del FBI;  ésta incluye una tortuosa relación con una madre castrante y su vida sentimental al lado de su leal director adjunto Clive Tolson. Sin embargo, el fallo de la película viene cuando se aborda la propia obra de Hoover al frente del FBI. 50 años de trabajo se resumen, en esta obra de Eastwood, a una lucha fóbica contra los comunistas y todo aquello que se le pareciera (incluído Martin Luther King), una lucha contra el hampa, el denuedo por resolver el caso del secuestro del bebé de los Lindbergh y sus constantes chantajes a los distintos ocupantes del salón oval de la Casa Blanca para perpetuar su poder. Nada se menciona de la persecución que él encabezó contra los homosexuales (el podía tener relaciones, los demás no), nada se dice del acoso a Chaplin hasta que logró que lo expulsaran de los Estados Unidos y menos aún habla Eastwood del afán del Director del FBI por echar a John Lennon, en lo que constituyó una de sus pocas derrotas. Tampoco dice nada acerca de la posible participación de Hoover, para aquellos que les gusta la teoría del complot, en el asesinato de John F. Kennedy o del propio Luther King. Por otra parte, mucho se ha rumoreado acerca de que Hoover tenía información comprometedora de suspuestas relaciones extramatrimoniales de  Martin Luther King. Es ese punto, que sí aborda la película de Clint Eastwood,  uno de los peores fallos del film. No se acaba de explicar concretamente el lado oscuro que habría descubierto Hoover en el pastor, pero sí queda claro que le somete a un chantaje en el sentido de que si el activista social no renuncia al premio Nobel, sus pecados saldrán a la luz. A la hora de la verdad cuando el protagonista espera que el líder afroamericano rechace el galardón, se encuentra, para su disgusto, con que sí lo acepta. En este caso, el fallo consiste en que nada dice Eastwood de cómo Martin Luther King logró evitar la filtración de esas noticias comprometedoras y salvaguardar su reputación. De hecho, no se ha encontrado a día de hoy ningún dato que corrobore esos pecados del premio Nobel, en parte quizá porque Hoover le ordenó a su secretaría que destruyera sus archivos secretos a su muerte. Es decir, Hoover habría contribuido involuntariamente a preservar el buen nombre de su enemigo. Lo que resulta más paradójico aún es que Martin Luther King es conocido y admirado  hoy en día en todo el mundo, mientras que el siniestro director del FBI apenas es conocido fuera de Estados Unidos y requiere de la figura de Di Caprio y la dirección de Eastwood para que se le conozca un poco más allende fronteras.

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