Friday, March 30, 2012

LA AMARGURA ES MUY MALA CONSEJERA SRA PRESIDENTA

El campeón de Formula 1  Sebastian Vettel descargó esta semana su frustración sobre el piloto indio Khartikeyan llamándolo “pepino”, después de que ambos tuvieran una colisión en el Premio de Malasia. Vettel se ha encontrado una temporada 2012 muy distinta a la anterior en la que su coche era intratable y no encaja bien el hecho de que quizá deje de ser campeón del mundo al final de la temporada. Algo similar, imagino,  es lo que le ha ocurrido a la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que, tras la huelga general, ha expresado su deseo de que los sindicatos desaparezcan al menos en España. “Estos sindicatos caerán como el muro de Berlín” fue la declaración de la Presidenta.
Ahora bien, sabemos lo que ocurrió después de la caída del muro –la desaparición del telón de acero- y sabido es que, para la presidenta de la Comunidad de Madrid, ese fue un día muy feliz. No sé muy bien el motivo de tal inquina a unos sindicatos que defienden tan mal a sus agremiados. Sin embargo, en esta ocasión, su comentario no parece provenir de un momento gozoso, sino todo lo contrario de una situación similar a la de Vettel. En primer lugar, por mucho que lo desee la retrograda Presidenta y salvo que España se convierta en una dictadura militar pinochetista, difícilmente desaparecerán los sindicatos. O sea que su comentario no deja de ser un brindis al sol en el que la Presidenta deja claro su ODIO a los sindicatos. Ahora bien tal muestra de sinceridad por parte de un político en general –que siempre se preocupa del qué dirán de los electores, es muy raro de ver salvo que el susodicho sepa que está acabado; como es el caso presente. En efecto, la Presidenta ya perdió su particular guerra con Alberto Ruiz Gallardón, actual Ministro de Justicia, e incluso escenificó la derrota el día que se nombró candidato a diputado al entonces Alcalde de Madrid. De puro milagro no se le cayeron las lágrimas a la Presidenta mientras felicitaba, con voz rota por la emoción, a su compañero de partido. Por otra parte, su envite a la grande para remover a Rajoy tras la derrota del 2008, se saldó con una sonora derrota en aquel entonces cuyos efectos se van a empezar a sentir ahora. Con Rajoy aupado al poder con mayoría absoluta podría ajustarle las cuentas a la presidenta y mandarla de embajadora a Tombuctú, aunque más bien parece que optará por una cruel indiferencia hasta que ella misma decida tirar la toalla y deje la política. En cualquier caso, su peso ira irremisiblemente disminuyendo hasta convertirse en una figura de adorno en el partido. Finalmente, la salud de la Presidenta también se ha resentido en los últimos tiempos lo cual no debe de haberle facilitado mucho su labor. Resumiendo, la Presidenta de la Comunidad ha visto en  los últimos meses cómo su ambición de ser Presidenta de España se iba al garete, ha visto cómo empieza a dejar de ser una figura prominente de su partido para irse convirtiendo en un 0 a la izquierda e incluso ha visto su vida peligrar fruto de su cáncer. Para mí esos son motivos más que suficientes para que la Presidenta esté más que amargada y, como ya no tiene nada que perder, suelte toda su hiel como lo hizo en ABC Punto Radio. Ahora bien, esa postura egoísta solo puede crear problemas a su partido y afear aún más su imagen de política populista y demagoga. Si es así como quiere que la recuerden, como una mala perdedora amargada, pues adelante. 

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