Sunday, November 16, 2014

ESCRIBIR A MANO EN LA ERA DIGITAL

V. Pasar a limpio el texto; reinvención de lo escrito

Cuando escribo directamente en la pantalla del ordenador, suelo emplear el corrector de Word para corregir los fallos más evidentes y, posteriormente releemos una y otra vez el texto hasta que éste quede a nuestro gusto. En el caso de la escritura a mano, existe una primera escritura y, luego, el proceso de pasar a limpio lo escrito.
Básicamente la primera escritura viene a ser una especie de borrador. Por mucho que pretendamos pulir en la hoja entintada, debemos refrenar nuestro ímpetu so riesgo de dejar la página como un colador. Algo así como quedaron algunas grabaciones del watergate  después de la censura previa de Nixon. Inconscientemente sabemos que esa primera escritura no es ni mucho menos la definitiva y solemos ser más tolerantes con los fallos. Al pasar a la pantalla el texto, surgen una serie de frases y párrafos que agregamos de forma como si se tratase de una inspiración del momento, pero más bien forma parte de una cavilación entre ambas escrituras. En cambio si plasmamos nuestras ideas directamente sobre la pantalla, hacemos las correcciones en el momento sin dejar descansar el texto. Evidentemente, el proceso pasa luego por una relectura que suele ser incómoda si se hace directamente a la pantalla. Esa incomodidad, si el texto es largo, facilita una cierta tolerancia con lo ya plasmado. De ahí que muchas personas prefieran imprimir sus textos y releerlos lápiz en mano. Esta opción se asemeja un poco más a la propuesta, pero no deja de ser una relectura y no una reinvención de lo escrito.
En el próximo capítulo responderé a todos aquellos que me han tildado de reaccionario, inmovilista y carca por emplear la hoja y la pluma en lugar del pc. ¡A mí!, que jamás votaría por el Partido Putrefacto y que jamás volveré a votar por el Partido de los Sinvergüenzas Organizados de España, ¡Qué vergüenza! A continuación les dejo con la continuación del relato que nadie alcanzó a descifrar por lo que me ahorro la cerveza J
-Lo siento consiglieri. Me caes bien, pero no puedo dejarte ir. No obstante te prometo que tu muerte, una vez que me haya eliminado a tu jefe.
-Yo podría serte útil. Trabajaría para tí
-No me cabe la menor duda, pero sé que tienes mucha devoción al que pronto será tu ex jefe y no puedo arriesgarme. Es preciso.
Se dirigió a su acólitos:

-Nuestros enemigos están arriba. Apenas tienen municiones con que defenderse. Los masacraremos a todos en caliente y quiero que él lo vea todo antes de morir, pero hasta entonces no quiero que le toquen.

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