VII.
Escribir a mano y el mundo. (Segunda parte y última)
Yo NUNCA he dicho que
la gente deba echar al vertedero sus laptops, tablets y smarthphones para luego
comprar cuadernos y plumas masivamente. Como decía Heráclito no se puede estar
dos veces en el mismo río porque este ha cambiado al igual que nosotros. De
igual modo es imposible hacer que el mundo retroceda en el tiempo por más que
en la película de Superman quieran convencernos de ello.
Las herramientas de
nuestros días han demostrado ser muy útiles para la difusión de mensajes subversivos que antes la censura
acallaba con facilidad. Desde los comunicados del subcomandante Marcos hasta la
organización de partidos políticos y protestas callejeras, las redes sociales e
internet han demostrado ser un instrumento potentísimo para unir y comunicar a
los descontentos sin que gobiernos represores y dictatoriales hayan podido impedir
que se siguiese lanzando proclamas o convocando a marchas de protesta.
Igualmente, masacres como la del 2 de octubre ya no pueden ser silenciadas –desafortunadamente,
sí se pueden seguir ejecutando-, porque gran parte del mundo dispone de un móvil
con cámara hoy en día. Es cierto que estos aparatos permiten el espionaje en
masa como ya nos hizo saber Edward
Snowden para disgusto de Mario Vargas Llosa. Se trata de armas de doble filo a las que no
debemos renunciar. Uso estas máquinas todos los días. Casi toda mi obra la he
escrito en computadoras y no dejaré de
hacerlo, pero tampoco dejaré de escribir a mano por placer o por ver cuanto
hemos avanzado en la transmisión de ideas desde las pinturas rupestres hasta
nuestros días y menos dejaré de hacerlo por una visión fundamentalista del progreso
según la cual hay que denostar todo lo pasado. He dicho. Muchas gracias
No comments:
Post a Comment