Saturday, June 13, 2020

LA NUEVA NORMALIDAD

Conforme avanzan las semanas, nos acercamos cada día al final del Estado de Alarma. Se permitirá volver a viajar y todos los establecimientos volverán a abrirse aunque con aforo limitado. Llevamos varios días seguidos sin que haya un solo muerto. Quiero ser optimista y pensar que cuando venga la segunda oleada ya existirá, al menos, un remedio y que no habrá tantos contagios porque todos tendremos nuestras mascarillas y guantes. En cualquier caso, es un hecho que nos esperan unos meses de tregua en los cuales podremos recibir turistas, viajar y salir sin restricción de horarios a la calle.

Lo que va a marcar la nueva normalidad no va a ser tanto la enfermedad y el tiempo que transcurra hasta que consigamos la vacuna, sino lo rápido o lento que salgamos de la crisis económica.  Es un hecho que nos esperan meses o años angustiosos de lucha y dificultades a fin de salir de esta situación surgida de la pandemia. En ese sentido, espero que la propuesta de Ursula van der Leyen salga adelante y que esta vez sí podamos contar con el apoyo europeo del que carecimos una década atrás. Lo único para lo que sirvieron las entidades europeas en aquel entonces fue para rescatar a los bancos y, posteriormente, trasladar su deuda a los ciudadanos. Ni siquiera se les exigió a los banqueros, a cambio del dinero, que dejasen de ejecutar los desahucios, por más que los suicidios se dispararon en aquellos años (casi 4000 en 2013 y también en 2014). Tras más de una década, siguen sin devolver más de la mitad del dinero que se les prestó en aquel entonces. Fruto de la austeridad impuesta  por Alemania fue el auge de los populismos de izquierda y derecha y, sobre todo, el triunfo de los simpatizantes racistas del Brexit.  

Si sale adelante el plan de la presidenta de la Comisión Europea podremos hacer menos dolorosa la pesadilla económica. En cualquier caso, somos afortunados de pertenecer a un conjunto de países con capacidad de respuesta fruto de la Unión. Los europeos tienen el Banco Central Europeo y los americanos la Reserva Federal. Latinoamérica y África carecen de esas instituciones crediticias propias por lo que solo podrán recurrir al fondo buitre, perdón al Fondo Monetario Internacional. Estoy convencido de que lo que se haga en los próximos meses marcará el destino del planeta para las próximas décadas. Ojalá que esta vez los políticos y responsables financieros acierten.


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