Monday, May 18, 2020

AYER FUI AL DENTISTA



Entre los múltiples males que me han aquejado en este confinamiento debo sumar dos más y esperemos que no siga. Hace 15 días se me desprendió un trozo de mi ante molar superior izquierdo. Afortunadamente no ha tenido mayores consecuencias y apenas lo he notado. Cosa distinta es el tortícolis que acarreo desde ayer. Sospecho que se produjo por haber dormido varios días con 2 almohadas para evitar dolores de la espalda. En cualquier caso ya veremos cómo evoluciona.
En cualquier caso, hoy pude por fin acudir al dentista. Para ello tuve que tomar el metro y hacer un transbordo en Avenida de América. En otros tiempos, estación está saturada por ser un punto de conexión de 4 líneas de metro e intercambiador de autobuses de larga distancia. Pues bien, hoy el metro estaba prácticamente vacío. De hecho uno de los tramos lo hice en un vagón vacío. Eso me recordó una anécdota de mi niñez  en la Ciudad de México. Mi barrio no tuvo estación de metro hasta que no cumplí los 12 años. A mi amigo Armando y a mí  nos llamaba mucho la atención la novedad y decidimos hacer una incursión desde la estación de Polanco hasta el auditorio; es decir una sola parada ida y vuelta. Tampoco se puede decir que fuéramos muy aventurados. A la vuelta, nuestro mayor regocijo consistió en que nos había tocado el vagón vacío.
Debo decir que la estación donde me subí y en la que me bajé no había aparentemente ningún tipo de autoridad que pudiese impedir que alguien subiese sin guantes y/o mascarilla, pero la verdad es que todos los usuarios llevaban sus medidas de protección. Posteriormente recorrí el kilometro que separa la estación de la consulta y eso sí me resulto curioso ya que, a fin de cuentas,  es la primera vez que dejo el barrio en dos meses. Y al igual que ocurriera en Avenida de América, las calles que antes estaban abarrotadas de gente ahora se podían transitar conservando los 2 metros sin problema alguno. Eso sí, en la calle la gente no es tan precavida como en el metro.  La sesión, por si lo quieren saber, fue corta e indolora salvo a la hora de pagar, por supuesto.
En fin espero que sea el último achaque del confinamiento y espero que todos ustedes estén bien. Un fuerte abrazo

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